
Para empezar, Dublin Bikes tiene bicis para aburrir. ¿Quieres una bici? La tienes. Seguro. Con 40 estaciones distribuidas por el centro de la ciudad y un mínimo de 15 bicis por estación (hay 420 en total) es probable que siempre tengas una a tu disposición donde sea que te encuentres. El modo de uso es tan fácil como llevar un triciclo con ruedines (¡con ruedines!): coges una donde la necesites, la usas, y la devuelves en la estación que te pille más a mano. I told you, easy.

Lo mejor es sacarte un billete de larga duración: pagas una suscripción de 10 euros al año y luego te van cobrando según el tiempo que pases montado en una. La primera media hora es gratis, una hora cuesta 50 céntimos, 2 horas son 1´50 euros, 3 horas son 3´50 euros, 4 horas son 6´50 euros, y cada media hora que pases a partir de 4 horas cuesta 2 euros.
Conviene hacer dos apreciaciones: La primera, en Dublín las distancias suelen ser cortas, andando ya tardas menos de media hora en llegar a casi cualquier parte, así que en bici seguro que tardas menos. Por lo tanto, pagando los 10 euros al año cada viaje te saldrá gratis, puesto que raro es el día que estarás más de media sobre una Dublin Bike. La segunda, si vas a hacer viajes en bici de más de cuatro horas y media, tal vez te convenga comprarte una. Como medio extendido que es en la ciudad, en Dublín encontrarás muchas tiendas de segunda mano que venden bicis. Por no mencionar las asociaciones que se dedican a recuperarlas e intercambiar piezas, como Rothar.

Otro ticket, para ciclistas urbanos ocasionales y turistas, es el de 3 días: pagas 2 euros por la tarjeta y luego pagas por el tiempo que las uses (se aplican las mismas tarifas y tiempos que en el ticket de 10 euros). Las tarjetas, tanto la del año entero como la de los 3 días, las puedes conseguir en cualquiera de las 40 estaciones de Dublin Bikes.

Las bicis son monas (con “anti-splash” delantero para esquivar las aguas dublinesas y una cestita donde dejar tu mochila/bolso/whatever), la web oficial es estupenda para conocer las localizaciones exactas de las bicis y algunos consejos para circular con ellas realmente útiles; y, por último, digamos que Dublín es una ciudad preparada para los ciclistas. La conducción aquí es algo más relajada que en otras ciudades de Europa (hola, Madrid), puesto que la bicicleta es un medio de transporte muy extendido, con carreteras, carriles especiales y pasos bien señalizados y respetado por los conductores de vehículos.
En Dolce City Dublin: Dublin Bikes










