
Si paseas por la ciudad, digamos, una tarde de viernes, es bastante sencillo de encontrar: dirígete al CHQ Building, donde está liada la jarana de puestos, actividades y gentío e intenta cruzar al otro lado, et voilà! Diseñado por el arquitecto Cyril O´Neill y O'Connor Sutton Cronin Consulting Engineers, el Puente Sean O´Casey se llevó un premio en 2006 por su original diseño: casi 100 metros de piso con dos ménsulas (molduras que sobresalen del plano vertical para sostenerlo) balanceadas que permite el paso de los barcos.

A mí el puente me encanta por esa forma que tiene como de saltamontes gigante apoyado sobre el agua y dispuesto a saltar en cualquier momento. A esa sensación de que el puente va a salir pitando en algún momento ayuda no sólo esas “patas” arqueadas y en tensión sino también esa superficie móvil, que se balancea sobre sí misma. Además, es bastante ancho y no se producen atascos (como en el celebérrimo O´Connell Bridge –por mencionar el más “atascado” de todos, aunque su localización impide que esto pueda ser de otra manera-).
El Sean O´Casey se abrió al público el 13 de julio de 2005 y lleva ese nombre como homenaje al autor nacionalista irlandés que, además de hablar de las clases trabajadoras y de la mujer y de formar parte de la Secretaría General del Ejército Ciudadano Irlandés durante cinco meses en 1914, resulta que nació en Dorset Street, una calle que recorro a diario. ¡Ay, Dublín, qué chiquinina y entrañable eres!
En DolceCity Dublin: Sean O´Casey Bridge







