1. LAS GALERÍAS SUBTERRÁNEAS DE BILBI
Desde el siglo XIX existían minas en la zona de Miribilla y en zonas colindantes, que fueron explotadas hasta bien entrado el siglo XX. Prueba de ello son las galerías subterráneas que todavía pasan por debajo. Incluso parece que una de ellas, la que va desde las casas de la zona de Bilbi hasta la altura del muelle Marzana, es todavía accesible. En el punto de conexión con la Ría, todavía pueden verse las maderas de un antiguo cargadero de mineral cuando baja la marea.

El edificio del Palacio Chávarri, ubicado en la Plaza Moyúa, es del siglo XIX y se encuentra entre los edficios más bonitos de Bilbao. Lo que mucha gente no sabe es que tiene una curiosa peculiaridad: cada una de sus ventanas es diferente. Haz la prueba la próxima vez que pases e intenta buscar una ventana igual que cualquiera de las otras. ¡Misión imposible!.

Habrás pasado mil veces por delante (y por encima) de esta estrella en la calle Carnicería Vieja, junto al Palacio Yohn, sin darte cuenta de por qué está puesta justo ahí: se trata del único punto del Casco Viejo desde el que puede apreciarse la Iglesia de Begoña, tan importante en la cultura bilbaína. Pruébalo, ¡seguro que no encuentras otro punto!.

¿Alguna vez te has preguntado el porqué del peculiar diseño del tejado del hospital de Basurto? Además de quedar bonito y ser una de las características que diferencian el edificio, cuenta la leyenda (urbana), que las llamativas cruces naranjas y amarillas se diseñaron para que los aviones franquistas durante la Guerra Civil supieran que se trataba de un hospital y no lo bombardearan.

Si la próxima vez que paseas por Colón de Larreategui, en lugar de mirar al suelo (aunque hay que reconocer que la baldosa de Bilbao es realmente bonita), te vas fijando en los pequeños detalles, descubrirás el museo más pequeño de Bilbao, y el que posiblemente sea el museo de la farmacia más pequeño del mundo. Se llama "Museíto de la Farmacia" y está dedicado a los fármacos vintage. Está en la fachada de la Farmacia Colón, y merece la pena echar un vistazo. ¡La entrada es gratuita!.
