
Sabores tradicionales o insólitos, formas y colores entre naif y poperos, botes minimalistas, vitrinas de farmacia... Papabuble lo reúne todo para entrar por los ojos. Y encima los caramelos están buenísimos, no son mero efecticismo aparente.
Sabores tradicionales o insólitos, formas y colores entre naif y poperos, botes minimalistas, vitrinas de farmacia... Papabuble lo reúne todo para entrar por los ojos. Y encima los caramelos están buenísimos, no son mero efecticismo aparente.
Mi memoria infantil más querida está íntimamente relacionada con los caramelos y mi abuelo. Cuando estoy melancólica suelo evocar las salidas de la guardería y las vueltas del parque los sábados. En las primeras, mi abuelo y yo nos parábamos a comprar el Leer más
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