De un tiempo a esta parte parece que los grandes gigantes del low cost han cesado sus macro inversiones inmobiliarias que unían patrimonio vivo de Barcelona con su moda rápida. Pienso en la tienda de Zara en Plaza de Catalunya, la más reciente de H&M en la confluencia de Gran Vía con Paseo de Gracia, en su vecina Uniqlo, ubicada en un majestuoso edificio modernista o en la preciosa flagship store de Massimo Dutti ocupando el extinto (y muy recordado) Vinçon. Ahora, lo que hacen es mover sus marcas entre los numerosos locales disponibles. Por lo menos, en el caso de Inditex, que acaba de trasladar su tienda Bershka del Portal de l’Àngel, la primera que abrió en Barcelona hace 20 años, unos números más arriba, donde antes encontrábamos a Massimo Dutti.
Si fuera un cambio de ubicación sin más, no nos pararíamos a contároslo. Pero con la distinta localización, también estrenan nuevo concepto y filosofía de retail, siguiendo el modelo stage el que han ido implantando en las nuevas tiendas Bershka desde hace dos años. Lo más sorprendente, sin duda, es el patio decorado con una multitud de maniquís blancos que remiten a una instalación artística por la conjunción de un video mapping sobre ellos. Además, la tienda dispone de una zona pause, dotada con pufs, revistas de tendencias, un jardín vertical e instrumentos musicals al alcance del público para marcarse una actuación improvisada en medio de una sesión de shopping.
La nueva flagship de Bershka en el Portal de l’Àngel de Barcelona, además, ha ganado en espacio. Si antes disponía de unos 700 m2 ahora supera los 1000 m2 distribuidos en dos plantas, convirtiéndose en una de las cinco tiendas de mayor dimensión de Bershka en toda España y en la más grande de Catalunya. Un escenario de lujo para conocer la nueva colección de primavera-verano 2018 de Bershka y los nuevos caminos del retail en este nuevo milenio.
En DolceCity Barcelona: Bershka