Hoy nos despedimos en DolceCity hasta septiembre, pues en agosto nos tomamos nuestro merecido descanso. Y hemos querido finalizar el curso con el nuevo must obligado del verano en Barcelona: la heladería Rocambolesc que acaba de abrir puertas en Las Ramblas, concretamente en el Liceu, en un nuevo espacio gastronómico dedicado a las delicatesen de la terra bajo el nombre de Opera Samfaina. Me enteré de su apertura hace un par de semanas y la verdad es que tenía muchas ganas de probar las bondades de Jordi Roca, el hermano repostero de los hermanos Roca que han llevado a su restaurante El Celler de Can Roca en Girona a lo más alto de la gastronomía mundial. Así que ayer fuimos hacia allí en grupo a descubrir este nuevo templo gastronómico y, de entrada, decir que la experiencia es inédita por lo que solo por eso ya merece la pena acercarse hasta allí.
El Rocambolesc de Barcelona ocupa un mínimo espacio acristalado a pie de calle y la cola se hace en Las Ramblas. El sistema es fácil: Uno elige si quiere tarrina o galleta y el tamaño y, una vez pagado, eliges los sabores. Mi primera decepción fue encontrarme con solo 6 sabores para elegir de helado, aparte de los polos, los cuales llevan también el sello de los hermanos Roca. De helados la oferta se reducía a coco con violeta, chocolate, vainilla, manzana ácida, manzana al horno y yogurt, un surtido limitado teniendo en cuenta que para llevar ofrecen otras propuestas, algunas muy estimulantes, como helado de parmesano, de rosas, de carajillo de Baileys y sorbete de mojito. Un desequilibrio que no acabo de entender pues lo divertido de los sitios de autor es que pueden sorprenderte con recetas creativas como estas… y no con sabores clásicos como vainilla y chocolate.
Yo opté por el de coco y violeta y, aunque algo dulce, me gustó, sobre todo por los aderezos. Y es que la gracia de Rocambolesc son los toppings que le puedes añadir al helado, siguiendo la moda de los yogures helados al estilo Danone. Hay muchas opciones y todas buenas; en mi caso, elegí la nube de violeta, sésamo garrapiñado y fresas. Si no sabes qué elegir, déjate asesorar pues ellos ya te proponen los toppings que mejor le van a cada sabor y no se equivocan. Por ejemplo, a mí me recomendaron las fresas y casaban de maravilla con la cremosidad y dulzor del helado, pues lo rebajaban y aportaban frescor. No hay duda de que se trata, pues, de un helado de autor, como también lo eran otras variedades que pude probar como el de manzana ácida, muy refrescante, que me gustó mucho, o el de vainilla, un clásico que, con los aderezos justos, ganaba puntos. Me quedan pendientes los polos, por lo es muy posible que en lo queda de verano vuelva. Vosotros si estáis en Barcelona podéis darle un aire especial a agosto con una visita a Rocambolesc. ¡Feliz verano a todos!
En DolceCity Barcelona: Rocambolesc