Martes, 3 Mayo 2016

La FUNDACIÓ JOAN MIRÓ de Barcelona renueva su colección permanente

por Ariadna Alcañiz
Como culminación al 40.º aniversario de la Fundació Joan Miró, el pasado mes de abril abrió la nueva exposición de su colección permanente para deleite de todos los amantes del arte. Imprescindible.

Mayo es un mes de museos. El día 18 es el Día Internacional del Museo desde 1977 y el sábado 21 será la Nit dels Museus en Barcelona –siguiendo la estela de la pionera Nuit Blanche en París-, cuando las salas de exposición y galerías de la ciudad abrirán puertas de manera gratuita hasta la medianoche. Una fiesta del arte y la cultura que cada año suma más adeptos y para la que la Fundació Joan Miró está ya lista pues hace unos días que ha renovado su colección permanente como culminación al programa especial por el 40º aniversario de la entidad –se fundó el 10 de junio de 1975-. Una excusa perfecta para hablaros de ella aquí pues, sin duda, es de visita obligada y esta novedad bien merece salir en nuestra guía.

La visité el sábado pasado y si, como yo, no sois muy duchos de la obra de Joan Miró, os recomiendo optar por la audioguía pues contextualiza muy bien la obra expuesta, además de explicar los cuadros más destacados. No os voy a aburrir con todo el recorrido, solo explicaros que ahora la obra de Miró se presenta en ocho ámbitos que ilustran conceptos clave de la obra y pensamiento mironianos, empezando por Tierra, pasando por Anonimato y hasta llegar a Poesía y Silencio. Conceptos que ayudan a entender la obra de esta artista total, que, frente a las vanguardias del siglo XX, supo crear su propio lenguaje que trasladó a la pintura -y a la no-pintura-, pero también a la escultura y hasta el textil como ejemplifica el mural de enormes dimensiones que preside una de las salas.

Así, aunque a priori la obra mironiana no parezca tan digerible como otras, con la nueva colección, se logra acercar al gran público esta figura destacada del arte a nivel global nacida en Barcelona. De hecho, la Fundació nació por deseo expreso del propio Joan Miró, quien quiso establecer en su ciudad natal un espacio mironiano de referencia internacional, así como poner en valor su propio fondo. Para ello, se alió con su amigo, el arquitecto Josep Lluís Sert, para diseñar este espacio de esencia racionalista que, solo por el edificio y la ubicación en lo alto de la montaña de Montjuïc, ya merece una visita.

Y es que otro de los reclamos de la Fundació Joan Miró es que es uno de los pocos museos que fue concebido en un diálogo entre arquitecto y artista a partir de una base de complicidad para enaltecer la obra que alberga. La verdad es que paseando por el espacio te das cuenta de ello, pues todo encaja, hay una coherencia “natural” que no se da en otros espacios expositivos. Por ello, además del recorrido en sala, no hay que perderse la terraza de la azotea, donde esta comunión entre obra de arte y espacio se ejemplifica de forma maravillosa. El punto final perfecto a una visita muy inspiradora que os recomiendo desde aquí.

En DolceCity Barcelona: Fundación Joan Miró