Jueves, 8 Octubre 2015

10 leyendas de Barcelona que se perpetúan en el tiempo

por Ariadna Alcañiz
Además de la historia oficial de una ciudad, existe la “oficiosa” con leyendas que aportan una áurea de misterio a rincones habituales de nuestro día a día. Hoy explicamos diez de ellas de Barcelona…
1. El alma de la Virreina
¿Alguna vez te has preguntado por qué el edificio del siglo XVIII de las Ramblas se llama Palau de la Virreina? Pues responde al nombre de su dueña, Maria Francesca Fiveller i Bruc, quien, tras haber sido abandonada en el altar por el sobrino del virrey de Perú, accedió a casarse con… ¡el propio virrey! de más de 70 años. Fue él, Manuel Amat i Junyent, quien mandó construir el palacio pero, dada la gran diferencia de edad, murió tan solo tres años después de la boda. Por eso, el palacio es conocido por el nombre de ella que fue quien lo disfrutó. También, porque se dice que se ha visto su fantasma vagando por los aledaños del palacio y hasta la Plaza Real. ¿La has visto?



2. La Osa Mayor de Antoni Gaudí

Todas las obras de Antoni Gaudí encierran un alto contenido simbólico y religioso, como la solemne Torre Bellesguard. Pero, ¿sabías que 7 de sus edificios conforman la constelació de la Osa Mayor vistas desde el cielo? Eso es lo que se afirma desde la novela “La clave Gaudí” y las obras son: Palau Güell, Casa Batlló, La Pedrera, Casa Vicens, Parque Güell, Casa Calvet y Sagrada Familia.

3. De Puerta de los Ciegos a Portal del Ángel
El ahora llamado Portal del Ángel -durante años la calle comercial más cara de España- era, en tiempos de las murallas de Barcelona, una de las entrada al recinto amurallado. Fuera de él, se construyó en el siglo XV un convento a la altura de la calle Aragón con Pau Claris y a su alrededor se congregó un barrio de mendigos, sobre todo, ciegos que bajaban hasta Barcelona para pedir limosna. Entraban por esa misma puerta; de ahí, que se bautizara primero como Puerta de los Ciegos. Pero todo cambió cuando san Vicente Ferrer volvió a la ciudad, tras predicar en el Vallès, y, acompañado de una muchedumbre, cruzó el umbral para vislumbrar un ángel ataviado con una espada que parecía custodiar el recinto. A partir de entonces, el ángel fue venerado y más aún cuando la ciudad se encomendó a él para superar una grave epidemia... ¡y logró salvarse! Por agradecimiento, se hizo construir una capilla en su honor y la calle pasó a llamarse como ahora la conocemos.


4. Cordeleros y carniceros en la calle Tallers
Esta ahora transitadísima calle albergaba, siglos atrás, dos gremios proscritos: el los carniceros y el de los cordeleros. Los primeros tenían la desgracia de tener que quitar vidas para su trabajo diario, y pasaron a ser el substituto oficial del verdugo, lo que provocaba la mala reputación entre los ciudadanos. Los segundos, con un trabajo que les llevaba a los campos de cáñamo a las afueras de la ciudad, se les creía afectados por una especie de sueño hipnótico que les volvía medio brujos. Y todos ellos se encontraban en la calle Tallers, justo fuera del recinto amurallado.

5. Los espectros de la iglesia de los santos Just y Pastor
Se dice que en la plaza Sant Just, en el Gótico, encontramos la iglesia de los santos Just y Pastor, hubo, en la época romana, un templo pagano dedicado a Mitra. Se trataba de un culto muy bárbaro, en el que los sacrificios humanos estaban a la orden del día y se cree que justo aquí estaba el Pozo de los Sacrificios, por donde se tiraban los cristianos víctimas. Por su profundidad ninguno sobrevivía y sus familiares no renunciaban a darles sepultura, por lo que excavaron galerías para poder acceder a sus cuerpos. Estas galerías se transformaron en catacumbas donde los cristianos proscritos celebran sus ritos y hay quien defiende que fue aquí donde se escondió la imagen de la Virgen de Montserrat. Una vez se estableció el cristianismo, se levantó la primera iglesia de la ciudad y se construyó un cementerio delante. El pozo quedó tapiado porque, según cuenta la leyenda, por la noche los espectros de las víctimas lanzadas por el pozo salían a la superficie tras vagar por las galerías. En las muchas noches que visité el Ginger no me encontré con ninguno, pero quién sabe si todavía se animan a deambular por Barcelona...


6. Los muros anti-mentiras en el Salón del Tinell

El edificio del Tinell, que da a la Plaza Real, alberga en una de sus paredes el escudo del Tribunal de la Santa Inquisición, una de las instituciones religiosas más sanguinarias de la historia. La tradición decía que los muros del Salón del Tinell no soportaban las mentiras por lo que fue allí donde se habilitó la llamada Sala de los Tormentos, donde se torturaba a los procesados no solo con los temibles instrumentos de tortura, sino con el miedo de saber que si mentían las paredes de piedra podían caerles encima.

7. Curiosa alegoría de la justicia en el buzón de la Casa de l’Ardiaca
El origen de la Casa de l’Ardiaca se remonta al siglo XII. Pero posteriormente fue remodelada y a inicios del siglo XX el reputado arquitecto Lluís Domènech i Montaner fue el encargado de convertirla en la sede del ilustre Colegio de Abogados de Barcelona, función a la que tenía que hacer referencia. De esa remodelación es el ya famoso buzón modernista que, siguiendo el encargo, hacía alusión a la justicia aunque de forma sui generis. Y es que está decorado con, además del escudo de la institución, tres golondrinas, hojas de hiedra y una tortuga para manifestar que aunque la justicia debiera ser rápida como una golondrina, interviene también la burocracia que se cuela por todas partes, como la hiedra, y acaba provocando que sea tan lenta ¡como una tortuga!


8. El cuadrado mágico de la Sagrada Familia
Los cuadrados mágicos son aquellos que tienen números que suman la misma cifra tanto en vertical como en horizontal. En la Sagrada Familia se halla uno de ellos justo al cruzar la Puerta de la Pasión. De 16 casillas, los números que lo conforman suman 33 en distintas combinaciones y, aunque muchos lo relacionan con Gaudí y el mito de la masonería, lo cierto es que fue obra de Josep Maria Subirachs haciendo referencia a la edad en la que murió Jesucristo.

9. El puente del Bisbe

Este pintoresco añadido construido en 1928 para unir el Palau de la Generalitat con la Casa dels Canonges –residencia de los presidentes Macià, Companys y Tarradellas- encierra distintos mitos. Uno de los más conocidos es el que afirma que los cimientos de Barcelona se hundirán si alguien se atreve a retirar la daga que se ubica bajo la Calavera.



10. La fuente de Canaletas

Acabamos con una historia menos truculenta y, seguramente, más conocida. Y es que ¿sabes por qué los títulos del Barça se celebran en la famosa fuente de Canaletas de inicio de Las Ramblas? Y es que a inicios del siglo XX en las Ramblas estaba la sede del ya desaparecido diario "La Rambla", donde tenían por costumbre publicar los resultados de los partidos de fútbol en una pizarra para animar la curiosidad del transeúnte y que este se decidiera a comprar su ejemplar en el quiosco que se construyó justo al lado. Los aficionados no tardaron en reunirse allí para saber cómo había ido la jornada para su equipo y entablar conversación -las tertulias futbolísticas vienen de antaño!-. Así ha seguido la tradición hasta nuestros días, cuando es costumbre celebrar allí los títulos del FC Barcelona.

Créditos: Wikipedia, ellucerodelatarde.blogspot.com, moviespix.com, rogercasas.com, Traveler, montsefotoblog.blogspot.com