Este año, el verano llegó antes de hora pues en mayo ya hubo una importante subida de las temperaturas. Pero es ahora, en pleno estío, que apetece más que nunca un buen chapuzón. En Barcelona somos privilegiados porque tenemos playa –vaya, vaya- y, sin duda, pasada la de la Barceloneta y la de Sant Sebastià, uno puede encontrar un hueco y refrescarse en el Mediterráneo.

2. Un buen helado en Delacrem
Un helado es una buena manera de refrescarse y, si además, viene firmado por esta casa de helados artesanos es un placer gastronómico que hace más llevadera la canícula estival.

3. Una jornada en PuroBeach
Si la playa de Barcelona te agobia, una alternativa más exclusiva es pasarla en este club ubicado en la terraza del Hilton Diagonal Mar. Disfrutarás de su piscina, tomando el sol en una de sus tumbonas o del relax en una de las hamacas balinesas y, al caer la tarde, puedes pasarte a la zona chill-out para comer de ágape de sabor internacional y un buen cocktail al ritmo de la música PuroBeach.

4. Una copa en una terraza
Las terrazas son una buena solución una vez el sol ya se ha escondido. Podéis elegir entre las terrazas de hotel o de nuestro ránking de las mejores de Barcelona; en todas ellas, el calor del verano se hace más llevadera.

5. Un paseo en Montjuïc
Como alternativa a la playa, en Barcelona también tenemos montaña. Subir unas cotas sobre el nivel del mar siempre hace que el ambiente refresque y si el paseo termina en la Caseta del Migdia, además, disfrutarás de una increíble panorámica de toda la ciudad.

6. Una sesión de compras (rebajiles) en La Maquinista
Las tiendas, con sus potentes aires acondicionados, son un buen refugio para sortear las altas temperaturas. En este centro comercial semiabierto puedes ir saltando de tiendas de moda rápida como Forever 21 hasta templos geek como la primera Apple Store que abrió puertas en Barcelona.

7. Una horchata en Bodevici
Como los helados, la horchata parece que se hizo para el verano. Ya hice mi ránking de las mejores de Barcelona y, si tengo que recomendar una, me quedo con esta tienda ecológica pionera en apostar por helados, yogures y horchatas orgánicos certificados.

8. Una sesión de cine a la fresca
Un clásico del verano es el ciclo de cine a la fresca que organizan en el Castillo de Montjuïc. La verdad es que, a pesar de la numerosa parroquia que se congrega, se está la mar de bien; tanto que, incluso, hay que llevar una mantita porque hasta te puede coger algo de frío.

9. Un zumo natural de Ohbo Organic Café
La moda de los zumos cold pressed –técnica de extracción en frío con la que se consigue un mayor aporte nutricional- va llegando poco a poco a Barcelona. En este restaurante de cocina saludable apuestan por ellos y tientan con combinaciones de lo más apetitosas, sanas y, lo mejor, refrescantes.

10. Una tarde en el museo
Como los cines, los museos son un espacio cultural donde refrescarse con el aire acondicionado mientras uno se nutre a nivel intelectual. Barcelona cuenta con varios templos museísticos pero destaco el MACBA y la recién inaugurada exposición Espècies d'espais como el plan para una mañana de verano en la que el calor hace insoportable estar en la calle.

En DolceCity Barcelona: Delacrem, Hilton Diagonal Mar, La Caseta del Migdia, La Maquinista, Bodevici, Ohbo Organic Café, MACBA