
Can Boneta, sin embargo, le gana por presentar una mayor variedad de carta. Lo mejor es elegir varios platillos para ir cambiando de un sabor a otro y poder descubrir cuantos más platos mejor. Nosotros elegimos varias opciones y todas resultaron de buen nivel aunque algunos platos destacaron por encima de otros. Por ejemplo, sus bikinis son muy recomendables: desde el queso de Mahón y sobrasada –una debilidad de quien escribe- al de higos y queso azul de cabra. El pulpo con crema de patata también fue uno de mis favoritos así como las espectaculares costillas de cerdo con salsa de soja y miel, una muestra de sus platos más contundentes, que aquí dominan igual de bien que los más habituales en bares de tapas de siempre como las croquetas o las patatas bravas.

Otros platos a elegir incluyen desde los macarrones con auténtico ragú de ternera, el canelón de confit de pato con higos así como una original tortilla de patatas que se asemeja a un blinis por su esponjosidad y forma. Como veis, platos que combinan tradición y originalidad para un restaurante que seduce, también, por sus precios ya que por unos veinte euros uno puede darse un buen homenaje, como fue mi caso. Al mediodía, ofrecen un menú muy recomendable que es la alegría para los oficinistas y trabajadores de la zona.
En DolceCity Barcelona: Can Boneta