Es cierto que Barcelona no tiene los precios de París, o de Londres; pero está claro que aquí los sueldos no tienen un “extra” por vivir en esta ciudad como tienen allí, lo que hace que el desajuste entre precios y sueldos sea ¡mayúsculo! No solo de la vivienda, sino también, en restauración o compras; la masa de turistas que nos visita tampoco ayuda en este sentido convirtiendo a Barcelona en una ciudad más bien cara.
2. Las obras
Sé que es un problema propio de una ciudad grande, pero es que en Barcelona, en estos últimos tiempos, estamos sufriendo obras ¡por todos lados! Empezando por el desastre de la Diagonal, continuando por la ampliación de aceras del Paseo de Gracia o de Balmes -¿¡por quéeeee!?-, nuestro querido alcalde se ha puesto las botas en esto de levantar el asfalto. Cada vez que tengo que cruzar la Diagonal a la altura del lápiz, me entran sudores fríos!

3. El tráfico en día de lluvia
Lo dije cuando recopilamos 20 señales que demuestran que eres de Barcelona: nuestra amada ciudad no resiste bien las inclemencias meteorológicas, provocando que cuando caen cuatro gotas, el tráfico se vuelva imposible, y el metro también! Las rondas –ese gran invento que demostró ser poco eficaz desde el momento de su inauguración- son un buen ejemplo de ello. Caos absoluto.
4. Las colas que se forman en los sitios nuevos
Nos movemos por impulsos y aquí, cuando un sitio se pone de moda, las colas son habituales. Lo podemos comprobar en dos recientes aperturas gastronómicas: Flax & Kale y El Nacional, dos sitios que han sabido llamar la atención del público y que, desde el primer día, aglutinan colas variopintas y pacientes.

Pueden vivir aquí o no, pero siempre se enterarán antes que tú de los sitios nuevos, dando la sensación de vivir ¡¡en un verano continuo!! Te los encontrarás en los locales de moda pero también en los clásicos, en los informales y en las fiestas efímeras; en el centro, en Gracia, en la Barceloneta y en Sants… es decir: por todos ladossss!!! Help!!!!
6. La homogeneización del centro y, más concretamente, la proliferación de tiendas Desigual. ¡Es una epidemia! Mira que apoyo la moda local pero lo de esta marca me tiene preocupada, demasiado ubicua!

7. La cerveza mal tirada.
Un mal del que sufrimos todos los barceloneses. Debes saber dónde ir para evitarlo y el Koska, en Poblesec, es un buen ejemplo. ¡Todavía hay esperanza!
8. El mal servicio al cliente como norma, especialmente en restauración
Será por los turistas o por los sueldos bajos, pero aquí los camareros son de lo más antipático que uno se puede encontrar. Claro que hay excepciones como los del Cañota, por ejemplo, pero en general parecen que te hagan un favor cuando te sirven, ¡una pena!
9. Los pocos sitios que dan de comer hasta tarde
La última vez que fui a Madrid me sorprendí comiendo un ágape de nivel pasada la medianoche. Aquí esto es algo impensable y debes acudir a algún sitio de referencia como el Giardinetto para poder cenar a estas horas con garantías. Un mal propio de Barcelona que dificulta muchas noches memorables a nivel gastronómico.

10. Que te cobren las aceitunas… ¡o hasta los quicos!
Lo he dicho en más de una ocasión: Aquí no existe el concepto de tapas. Pero que ni siquiera te pongan unas simples olivas para picar, es algo triste, muy triste. Lo peor es cuando te sirven algo que no has pedido, te lo comes porque piensas que va incluido y luego te lo cobran! Desastre total!!
11. Qué hacer en domingo… (cuando no hay Ven Tú!)
Es cierto que en los últimos tiempos el domingo es el nuevo sábado con fiestas como el citado Ven Tú, Los Chocochurros o el Piknic Electronik. Pero más allá de fiestas privadas, la ciudad se queda desierta pues no abren tiendas ni según qué restaurantes, haciendo difícil disfrutar del último día de semana.

12. No se vive la calle… ni en verano
A diferencia del Sur, aquí somos tan correctos que hay poco sitio a la improvisación. Esto implica que la gente no se reúne en la calle y a la mínima que hay jaleo ya llega la urbana para poner orden. Una queja sugerida por Sotogeneration con la que no puedo estar más de acuerdo. Hace falta más calle!
13. Tu vida en peligro por bicicletas y skaters
Los nuevos carriles bici nadie saben por dónde van a pasar y te encuentras con bicicletas que pasan a dos milímetros de ti… ¡por casualidad! Si a esto le sumas los skaters que no tienen ni su carril, hace que Barcelona sea una ciudad peligrosa para recorrerla a pie pues nunca sabes por dónde te pueden salir.

14. El vino "de la casa"
Viví en París solo por cuatro meses pero fue tiempo suficiente para ver la diferencia entre el vino de la casa que servían allí y aquí. ¿Por qué aquí no pueden servir uno vino DECENTE? Me pone negra, pasa el tiempo y sigue igual… Por suerte, existen sitios como La Pepita, donde cuidan el vino por copas.
15. Que te hablen en inglés a la mínima.
Esto puede ser un problema personal de quien escribe. Pero llevo más de diez años reseñando sitios y me molesta profundamente que cuando entro en una tienda me hablen en inglés… ¡si soy de aquí! ¡Aquí también hay rubios con los ojos claros! Me parece una falta de respeto pues estamos en Barcelona y la primera lengua debería ser la nuestra –catalán o castellano, me sirven ambas, pero no inglés!-. #fail
En DolceCity Barcelona: Flax & Kale, El Nacional, Desigual, Koska, Cañota, Il Giardinetto, La Pepita