
Por ejemplo, son punto de venta de los exquisitos tocados de Philip Treacy, toda una declaración de intenciones en una ciudad, Barcelona, donde (todavía) no es demasiado común vestir la cabeza con un buen sombrero. Además del los modelos del británico, también presentan los diseños del francés Benoit Missolin, divertidos y desenfadados, supusieron todo un flechazo en mi primera visita.

Como la estupenda colección de libros que da la bienvenida a la tienda. Taschen y Assouline capitanean una selección de títulos de moda y arte de lo más inspiradora y que incluye tanto vistosos coffee-table books como otros más académicos y monográficos, perfectos para ampliar tu biblioteca. A partir de aquí, se van sucediendo distintos ambientes en la tienda donde te van sorprendiendo piezas muy especiales, que van desde joyería a artículos de decoración o gadgets divertidos que te sacan una sonrisa.

Además, el espacio en sí mismo también es de lo más estimulante. Situada en una antigua casa de Sarrià reformada, resulta de lo más acogedor teniendo en cuenta que las piezas se muestran en muebles restaurados que no son propios de una tienda, sino de un hogar. Protagonista es también el jardín del final de la tienda, un espacio de ensueño bautizado como “Champagne Bar” para hacer un alto en el camino en un ambiente íntimo y agradable. La cereza de este pastel llamado Passage BCN.
En DolceCity Barcelona: Passage BCN