
¡Qué gran invento! El regalo –muy acertado- me hizo recordar la llegada de Le Creuset en Barcelona pues, aunque poco tiene que ver con los orígenes de la firma, el kit en cuestión iba firmada por esta histórica casa gala.

Y es que Le Creuset ya lleva unos meses con nosotros. En un pequeño espacio de la Rambla Catalunya sobresale entre tiendas de ropa interior, zapaterías y moda femenina por su dedicación a utensilios de cocina. Su punto fuerte son los recipientes hechos en hierro fundido forjado, como las cocottes, su primer éxito nacido en 1925 y que les ha dado fama mundial. Gracias a retener y distribuir el calor uniformemente, este tipo de olla contribuye a que los alimentos conserven sus propiedades y nutrientes, un plus añadido en estos tiempos que se mira tanto lo que uno ingiere.

Pero además de su extensa línea en hierro colado, presenta una gran variedad de utensilios en otros materiales –y para otros usos- desde las sartenes de aluminio a las minicocottes de gres, espátulas de silicona o los ya mencionados sacacorchos, desde los clásicos de dos tiempos a los más sofisticados. Todo con la garantía de una casa histórica que sigue fabricando sus cacerolas en la misma población de sus orígenes, en Fresnoy-Le-Grand, bajo un proceso artesanal que se mantiene a través de las décadas, y las generaciones.
En DolceCity Barcelona: Le Creuset