Había oído y leído mucho sobre Nomad Coffee Lab, el nuevo templo cafetero de la ciudad. Así que hace unos días, tras unas gestiones por la Ribera, decidí acercarme para tratar de desentrañar el misterio de este recién llegado a Barcelona –lleva unos cuatro meses abierto-. Pedí un café, solo, sin azúcar ni pastas para acompañar, pues aquí se trata de eso: de recuperar la tradición cafetera desde la perspectiva del siglo XXI.

¿Y eso qué significa? Pues apostar por los mejores cafés internacionales –que venden a granos-, así como una forma experta de preparar el café para sacarle todo su sabor y virtudes. ¿Cómo? seguiréis preguntando. Pues trabajando sobre su tueste y sus matices de la mano de Jordi Mestre, su fundador, quien, tras unos años en Londres profundizando sobre el arte del buen café, ha querido traer a Barcelona esa cultura.

A nivel personal decir que el café estaba bueno, sí, pero me esperaba más; supongo que es una cuestión de gustos pues aquí presentan diferentes maneras de hacerlo, de diferentes tostadores e, incluso, distintos infusionados pero a mí no me dieron a elegir, pedí un “café solo” y esa fue toda conversación. Supongo que eché en falta un poco de explicación, pues es difícil preguntar de algo que una desconoce. Así que mi primera visita fue algo frustrada pero los auténticos cafeteros de la ciudad seguro que encuentran en Nomad Coffee Lab su templo de visita obligada. Yo, desde aquí, les aplaudo por valientes e innovadores, y por querer ampliar los horizontes cafeteros de los barceloneses. ¡Suerte!
En DolceCity Barcelona: Nomad Coffee Lab