
Con una superficie de 33.000 m2 repartidos en varios pisos, unidos por rampas –y un par de escaleras mecánicas-, los nuevos Encants sorprenden al visitante por una estructura de tintes futuristas cuya cubierta de espejo promete mil juegos fotográficos para los asistentes. Un fuerte contraste entre lo sofisticado de la instalación y lo prosaico de la oferta, pues las paradas siguen siendo las mismas –unas decenas menos, lo que suscitó cierta polémica- con sus saldos y piezas de segunda mano, a precios muy competitivos.

Como novedad, ahora la Fira presenta un espacio gastronómico en el piso superior con unas seis paradas de tapas y platillos y unos cuantos bancos y mesas a compartir para hacer un alto en el camino. Yo fui el miércoles pasado y me sorprendió lo concurrido que estaba, con un heterogéneo y atractivo mix de público formado por personas de la tercera edad junto a turistas, modernillos treintañeros y jóvenes universitarios, todos atraídos por la magia de este emblemático mercado que lleva en funcionamiento desde el siglo XIV. Zona de aparcamiento y lavabos completan los servicios añadidos de estos nuevos Encants que dibujan un nuevo escenario en las Glorias, y en la ciudad.
En DolceCity Barcelona: Els Encants Vells