
Yo acudí a su establecimiento marinero y disfruté de una velada de lo más agradable con la mejor compañía. Reservamos en la terraza, sin duda, la estrella del restaurante que estaba de lo más animada con abundancia de público local. Si os animáis a reservar, un consejo: Pedid las mesas que están en primera línea del mar para así ahorraros el tener que “luchar” con el toldo lateral que te protege del sol. Una leve molestia que se subsanó por lo rico de la comida y el amable servicio. Compartimos varias tapas de primero, como las recomendables croquetas de rape y gambas, las patatas bravas y mejillones al vapor mientras que, de segundo, optamos por la paella.

Un amigo mío afirma que se trata de “la mejor paella de Barecelona”. Aunque les avala medio siglo de historia, desde un primer bar en el Poblenou abierto en 1963, yo no me atrevería a decir tanto pero reconozco que estaba buena, el arroz al punto perfecto y con gusto a mar. En cambio, donde sí se nota su larga andadura es, por ejemplo, en la calidad del servicio. Atento, con un sommelier que sorprendía por su juventud, conocimientos y entusiasmo, fue otro punto a su favor así como el irresistible ambiente que respira Barcelona a pie de playa, que te transporta a un oasis vacacional sin necesidad de salir de la ciudad. ¡Buen provecho! ¡Y mejor vuelta a tod@s!
En DolceCity Barcelona: Platja Ca la Nuri