
La selección es genial –hace poco encontré una camisa hawaiana chulísima para un buen amigo mío- pero, sin duda, lo que hace destacar a Flamingos por encima de otras son los precios tan ajustados que ofrece. Y es que al traer grandes cantidades de ropa, puede venderla al peso, con un precio mínimo de compra de 7 €. Hay establecidos tres categorías de precios –13 €, 24 € y 39 €– según la calidad y peso de las prendas, y una vez elegidas las piezas que te quieres llevar, pasas por balanza y, según lo que marque, pagas.

La verdad es que sale muy a cuenta por lo que Flamingos se postula como una de esas direcciones que merece la pena visitar de vez en cuando (y con tiempo) para encontrar una pieza especial y única sea cual sea el nivel de tu cartera. De hecho, según me contó Daniel, ésa es una de las características de Flamingos, la clientela tan variada que tiene, con personas de todas las edades y clases sociales, eso sí, siempre con un cierto gusto por lo auténtico. El éxito de su fórmula le ha llevado a abrir sucursales en Girona, Madrid y una nueva tienda en Barcelona, en la calle Tallers, que pronto os presentaré aquí como se merece.
En DolceCity Barcelona: Flamingos Vintage Kilo