
Hasta las 15.45 h sirven este invento de los anglosajones surgido de los vocablos “breakfast” y “lunch” y que se presenta como una mezcla entre ambos, para esos días en los que uno se despierta tarde y con ganas de ingerir proteínas por el desgaste de la noche anterior. Con una amiga quedamos hacia las 15 h y encontramos sitio con facilidad, a pesar que el Bar Rosso no cuenta con demasiadas mesas –también dispone de terraza-. Eso sí, es un espacio de lo más acogedor y logrado, con una decoración exotic-chic que te lleva a un refinado salón oriental con butacas de estilo clásico. Un escenario glamouroso que choca con los 18 euros del precio de partida de este brunch que arranca con un cocktail Mimosa.

A diferencia de otros sitios, aquí no hay buffet, sino que te sirven directamente en mesa un plato con varias opciones, como si hubiesen elegido ellos por ti. Y la verdad es que funciona pues puedes ir picando de un sabor a otro sin complicaciones en un ágape informal que puede durar tanto como dicten las ganas de conversar de los comensales. En el brunch no faltan el obligado huevo –frito en este caso-, lo ahumado –el salmón me sorprendió por su calidad-, pan con tomate y jamón, ensalada verde para desengrasar a lo que añaden una ración de hummus –muy rico-, una pequeña porción de ensaladilla rusa, unas minicroquetas y una original fritura de gambas.

No pude acabarme todo y la sorpresa fue mayúscula cuando vino el dulce: ¡Tres postres deliciosos culminaban el brunch! Un yogur natural –me encanta-, un brownie que se complementaba a la perfección con las fresas de acompañamiento y un pastel de queso muy ligero que lamentablemente no pude disfrutar como se merece pues mi capacidad estomacal no daba para más. En definitiva, todo un festín a un precio muy razonable que, sin duda, dibuja una percepción diferente, más amable y apetecible, del domingo. Eso sí, un consejo si se mira la cartera: El agua es ilimitada y merece la pena pedir una segunda botella –o las que hagan falta- en lugar de repetir de cocktail pues la broma sale por un cuarto del precio final.
En DolceCity Barcelona: Market