
Porque, si amigos, Juanjo tiene, por fin, su propio local. Y no es otro que este emblemático espacio perteneciente antes a los mismos responsables del Boadas ambientado en madera y toques navieros, con una impresionante colección de cocteleras que, de momento, sigue vigente. Siempre me gustó el Caribbean porque es como un refugio de connaisseurs en pleno centro pero ahora, con Juanjo, toma otra dimensión.

Sigue reinando el recetario clásico pero se nota su huella en la música que suena en el local, con ecos cubanos de una época que ya no existe. La complicidad entre barman y público se palpa en el ambiente pues abundan los profesionales del sector, así como clientes habituales, hasta el punto que, en ocasiones, uno puede ver que se trata de una gran familia. Pero el Caribbean no es para nada localista, sino que tiene vocación internacional: es un barco amarrado cerca de las Ramblas donde los buenos cocktails y una mejor compañía te llevarán hasta puertos insospechados. ¿List@ para partir?
En DolceCity Barcelona: Caribbean Club