
Por supuesto, no fue solo por su ambiente que hoy sale en nuestra guía. La comida está muy rica, aunque yo no soy ninguna entendida en gastronomía oriental. Dumplings chinos y dim sum hongkonés son sus especialidades acompañados de otras tapas exóticas que seguro sorprenden tu paladar. Afortunadamente yo iba con una experta y pude descifrar la carta que te dan pues, como en otros orientales, aquí la carta sirve también para marcar los platos que deseas y te sirve como ticket, con lo que las explicaciones son escasas. Dumplings, Calent, Fideus y Fred son los cuatro apartados en los que se divide –aparte de los postres- y viendo los precios –ningún platillo llega a los 7 euros- uno no espera el manjar que le servirán después.
Nosotras nos decidimos por el pato frito -¡obligatorio!-, unos dumpling de verduras –que resultaron ser de carne pero estaban muy buenos-, una sopa de fideos y shuijao de ternera –muy rico el caldo- y bambú estofado que, sin duda, era un sabor de lo más peculiar. Un festín que acompañamos por sendas cervezas Guineu Sitges, pues en el Mosquito no solo cuidan el comer sino que también presentan una completa carta de cervezas artesanas catalanas. Finalizamos el ágape con un mochi d’adzuki –¡por fin lo probé!- y unas trufas de té verde. Todo excelente y sin llegar a los 20 euros por cabeza. Sin duda, para volver.
En DolceCity Barcelona: Mosquito