
¿Quién puede resistirse a sus ya famoso cupcake red velvet? ¿O a otro de sus éxitos, el de tarta de zanahoria? Un trocito de cielo que uno puede llevarse a la boca tanto si desea quedarse en el local como llevárselo para animar un paseo en Barcelona (o para disfrutarlo en casa, que también se mantienen bien para el día siguiente). Si eliges la opción de disfrutarlo in situ lo podrás acompañar de un delicioso café, 100% orgánico, con un sabor de aquellos que no se olvidan. También tendrás otras tentaciones como sus pasteles, sus panes artesanos, bollería o, si te apetece algo salado, alguno de sus sándwiches gourmet con combinaciones típicas pero muy apetitosas como mozzarella fresca, rúcula y tomate seco confitado, mmmmm, ¡para chuparse los dedos!

El local es pequeñito pero decorado con gusto, apostando por materiales naturales en tonos claros lo que lo hace muy limpio y acogedor. Aunque los elementos son mínimos se nota que son personales, como todo lo que sale de su horno, y ello contribuye a convertirlo en un sitio con encanto, de esos a los que quieres llevar a alguien cuando quieres que sea una velada especial -aunque lo de compartir mesa tire un poco para atrás-. Como comentaba al principio, yo todavía no he probado sus cupcakes pero me han hablado de ellos y las ganas no han hecho más que incrementar. ¿Cuándo me doy el capricho?
En DolceCity Barcelona: Cup & Cake