
Lo cierto es que había reparado en él pero no me animé a escribir sobre ello hasta que una buena amiga me lo recomendó. A ella, fue el delicioso café Lavazza lo que la sedujo pero Hänsel tiene muchos otros atractivos para hacerte tilín. De entrada, pues el pan, lógicamente, ya que apuesta por una elaboración artesanal en horno de piedra para lograr distintas variedades que poco tienen que ver con lo que uno puede encontrar en el horno del barrio. ¡Y es que mira que resulta difícil comer una barra digna! Pero, además, también presentan dulces y pastas saldas, así como tartaletas que uno puede degustar in situ.

Ese es otro de los reclamos de Hänsel: su espacio de degustación que es tan importante como el mostrador. De líneas sobrias y minimalistas, se trata de un proyecto del Estudio Bonjoch que poco recuerda a una cafetería de toda la vida. Ese aire contemporáneo anima a vestir con estilo breves ratos de ocio, ya sea el tomarse un café rápido o una ligera comida a base de ensaladas y demás opciones ligeras y saludables. Una nueva dirección que pone de manifiesto la evolución que está tomando la gastronomía en los últimos años, pues ya no se trata solo de jugar con la técnica y la experimentación, sino de conjugar la vanguardia con los sabores de antaño.
En DolceCity Barcelona: Hänsel