
Echando un vistazo a sus “obras” uno no puede más que envidiar la pericia que tiene en elaborar estos dulces manjares. Cupcakes coronados con flores comestibles, muffins de coco y arándanos, otros de té verde y chocolate blanco, galletas con simpáticas formas o pasteles decorados que, de tan bonitos, duele incluso comer… son sólo algunos ejemplos de lo que sale de su -¿mágico?- horno. De hecho, cada encargo es un mundo porque la idea de partida es que sean personalizados, aunque también hay una lista con algunas recetas estándard. Para encargarlos, siempre se tiene que hacer con cierta antelación y Jenny os hará un presupuesto antes de ponerse manos a la obra.

Por suerte para los golosos de nuestra ciudad, Jenny ha querido compartir este don, heredado, tal vez, de su bisabuela, también pastelera, con el resto de mortales con este negocio que lleva un año y medio de vida. La presencia de sus dulces en inauguraciones de bonitas tiendas, sesiones de fotos o eventos varios hace patente que, aparte de apetecibles a la vista, sus dulces son también gustosos al paladar. Debo reconocer que yo aún no los he probado, pero todo es cuestión de tiempo hasta que encuentre una excusa para celebrar alguna fiesta y encargarle a Jenny un dulce especial.

La presentación también es exquisita. Se nota que es diseñadora de moda y tiene una sensibilidad innata para encontrar la belleza. Yo, por mi parte, tan sólo le puedo dar las gracias por hacer de nuestra ciudad un lugar un poco más soñador y más bello y, también, porque gracias a ella he descubierto, al fin, la diferencia entre los muffins y los cupcakes. Y si tengo que elegir yo me quedo… ¡con los dos!
En DolceCity Barcelona: I love Muffins