
Además, se trata de una tienda muy completa. Está situada en el sótano y es de medianas dimensiones, con una parte al fondo dedicada a los complementos y una pequeña sección, en la parte izquierda, consagrada a la moda de hombre. Lo que más me ha gustado es que se nota que no estamos en el centro y todo estaba muy ordenadito y bien dispuesto, a ver cuánto dura...

En cuanto a su colección para este otoño-invierno, pues para chica hay un potente resurgir de los años 80 en forma de vestidos de lentejuelas, faldas de vuelo y cinturilla elástica de print de leopardo en azul klein y negro, zapatos de tacón decorados con tachuelas y cuero –o, mejor dicho, imitación- en chaquetas, leggings y faldas lápiz. La influencia balmaniana se nota en jeans pitillos desgastados acompañados de blazers desestructurados en lentejuelas –una de las prendas más logradas- diseñados para todas aquellas con alma de voguette. Aunque para las que quieran una imagen más relajada, también hay abundancia de camisas de cuadros, cárdigans oversize de punto, boyfriend jeans y vestidos de línea puras.

Para los chicos, en Blanco siguen apostando por la influencia college, ya sea en pulcros jerséis de cuello pico, chaquetas de estilo preppy, americanas clásicas y foulards de cuadros. También disponen de otras líneas más cañeras, que incluyen llamativas camisetas, vaqueros rotos y perfectos de piel.

Blanco en el centro comercial Diagonal Mar