
Por ello nadie me toma en serio cuando manifiesto mi voluntad de aprender crochet o de aprender a realizar esa clase de muñequitos de Yohi and Olivia que, además de fascinarme, me enternecen de un modo inhumanamente azucarado.
Y es que aunque sé poco sobre estos artistas, puedo decir que elaboran unos complementos muy originales que van desde pequeños monederos con la forma de un gato, graciosas bufandas del mismo animal, broches y muñecos varios con los que volver a la niñez o ganarte el beneplácito de esa prima a la que le horroriza la idea de darte un beso en la mejilla.

Yohi and Olivia en Duduá