
Durante un breve periodo de tiempo, una consumista acelerada de la cafeína a grandes tazas como yo, decidió frenar la marcha y probar con
el té como aliado. Admito que tal vez no lo intenté con demasiada fuerza porque no me resistí a mi adicción al café por mucho tiempo. A pesar de ello, descubrí un
nuevo ritual que me brindó la oportunidad de tomarme la vida con un poco más de calma. Dejando mi Cafetera
Nespresso aparte (por un ratito) uno puede disfrutar de la sana costumbre de preparar un té con toda la calma que requiere el sabor de la taza resultante.
De todo ello es una experta
Inés Berton,
alma matter del proyecto de Tealosophy y una de las 11 personas en el mundo con “nariz de té” (título que otorga el British Council) Argentina de cuna, los primeros estudios de Inés fueron encaminados hacia el mundo del perfumismo para estar, unos años más tarde,
afincada en la cima del éxito como buscadora y creadora de tés.

El
barrio de Gràcia tiene la suerte de contar con un establecimiento dedicado a los blends de Inés, Tealosophy, un espacio dónde disfrutar de
más de 70 variedades de té (Chai Spice, Sweet Tibet, Darjeeling Imperial, Clementine, Blue Earl Grey, Calm...) e incluso
una variedad dedicada a nuestra ciudad, Barceloneando. Ésta contiene una base de té verde del sur de Shangai y nuestra típica (y deliciosa) crema catalana.
Pero la oferta de Tealosophy no termina ahí.
Accesorios, música, libros, etiquetas y teteras se abren paso en un local dónde –atención- también es posible hacerse con alguna de las
joyas que diseña Celedonio Lohidoy desde su taller en Buenos Aires. Joyas que han hecho furor en Estados Unidos primero desde Saks y después gracias a su aparición en la tan comentada en estas páginas serie de televisión
Sexo en Nueva York.
En DolceCity Barcelona: Tealosophy