Barcelona cuenta con edificios y monumentos maravillosos. Vas andando por la ciudad y te tropiezas con auténticas obras maestras de su tiempo; edificios singulares que otorgan a la ciudad un aire único y distinguido. Eso pienso yo, por lo menos, de la Casa de les Punxes, ubicada en el Eixample Derecho.
Construida en 1905 bajo un diseño de Puig i Cadafalch, para mí representa la cara más sobria del modernismo en Barcelona.
Y es que a diferencia de los recursos oníricos que uno encuentra en la obra de Gaudí, la Casa de les Punxes presenta
un cierta apariciencia medieval –como si se tratase de un castillo- con influencias nórdicas. Su fachada es de ladrillo visto y la ornamentación viene dada en las ventanas por el trabajo escultórico de Alfons Jujol y el de hierro forjado de Manuel Ballarín. Realmente, si te fijas bien, podrías quedarte horas mirándolo, pues
los motivos florales que decoran los balcones, por ejemplo, son de una precisión y buen gusto increíbles.
Como
no se puede visitar su interior, pues se trata de una propiedad privada; nos tenemos que conformar en admirar su belleza desde fuera. Pero, sin duda, vale la pena, pues se trata de
una de las construcciones más emblemáticas de la ciudad y, encima, se encuentra a dos minutos de La Pedrera.
En DolceCity Barcelona: Casa de les Punxes