
Debería hablar de
elegancia y glamour... pero vértigo es lo que siento cuando me dispongo a escribir este post sobre
Christofle, una firma que desde 1830 equipa los hogares de las cuberterías, vajillas y cristalerías más selectas del mercado. La marca ha revolucionado el estilo y las técnicas de producción de una
primera materia como la plata, para conseguir auténticas joyas para nuestras mesas. Su
asociación con los diseñadores más renombrados (un ejemplo de ello es la francesa Andrée Putman), le asegura
piezas de orfebrería de auténtica vanguardia estética.
El lujo es lo que define los productos Christofle, no en vano, desde hace muchos años su nombre se asocia continuamente con muchas de las casas reales europeas. Pero, dejando a un lado mi timidez inicial al percibir tantos destellos de
flashes y de
glamour, introduzco en este post mi admiración hacia dos de los productos de la marca.

El diseño de la
cubertería Hekla de Dögg Gudmundsdóttir, presenta un equilibrio entre la línea recta y la curva que es casi una declaración de principios acerca de la
proporción exacta de rigor y libertad, que debe tener cada diseño para que pueda ser considerado una obra de arte. Hekla, que toma su nombre de un volcán islandés, bebe de las tendencias de diseño de los países nórdicos. Un flash de espontánea distinción en nuestra mesa.
Las copas Kawali constituyen un
diseño contemporáneo de tallo ondulante con un espíritu retro que se ve realzado por la posibilidad de obtenerlas en 6 colores distintos: rojo, azul, verde, ámbar, verde lima y violeta. Son perfectas para construir una atmósfera diferente en cada ocasión y no dejo de pensar en lo bien que quedarían en mi vitrina de cristal. ¿Mi vitrina de cristal? Pero si aún no me he decidido a comprarla.
En DolceCity Barcelona: Christofle