
Eso es exactamente lo que me pasa cuando descubro Portae, una tienda que ofrece una colección de puertas antiguas restauradas, que realmente me transportan con la imaginación a un pasado donde la artesanía se respiraba como el aire puro. No puedo dejar de admirar el detalle de las puertas, el esmero en su fabricación y su restauración. Sé que estoy rozando la paradoja del siglo XXI cuando me apasiona el minimalismo y el diseño llevado a sus máximas consecuencias, pero no puedo dejar de admirar y deleitarme con aquellas muestras de nobleza que poblaron el interiorismo de los siglos anteriores.

El showroom de Portae es un encuentro con el pasado pero también una fuente inagotable de observación de tendencias. Reconozco que me da cierta rabia cuando los mayores postulan que en su época todo era mejor. Yo siempre lo niego vehementemente pero en este caso... empiezo a preguntármelo.
En DolceCity Barcelona: Portae