Aquí los caramelos no se presentan como una gran vicio sino como la solución a todos tus problemas. Una forma ingeniosa y original de atrapar a todo aquel que pasea por los alrederores de la Catedral. Una atracción muy pensada ya desde su puesta de escena con un establecimiento pequeño pero muy luminoso cargado de color gracias a la combinación del mobiliario en fucsia y blanco y del colorido propio de las gominolas.

Pero lo atractivo de Happy Pills no queda ahí. Otro de sus fuertes (y lo que más me llamó la atención del negocio) es su presentación del producto. Olvídate de esas simples y más que aburridas bolsas de plástico a las que estamos acostumbrados. Aquí las chucherías ya no son un vicio, son tu mejor receta médica, y por eso puedes escoger diferentes tamaños de frascos que rellenar con tu elección de caramelos, así como la etiqueta que más se adapte a ti y a tu estado de ánimo: contra la dieta de la piña, el calentamiento de la Tierra, las lavadoras que se estropean sin avisar, los días grises, las llaves que se pierden solas...
Sinceramente, no sé si tendrá mucho de científico... pero a mí me alegró el día!
En DolceCity Barcelona: Happy Pills