Viernes, 28 Septiembre 2007

Gos blau, el paraíso de los gadgets insólitos

por María Padín
Me encantan los objetos, los gadgets, los chismes, como queráis llamarlos. En definitiva, cosas que aparentemente no tienen ninguna funcionalidad en el mundo tan utilitario-técnico-tecnológico de hoy, pero a las que inevitablemente coges cariño, porque hacen tu existencia más divertida e ingenua. Y que conste que no es una devoción de esas raras mías, que tengo muchos amigos con la misma sintomatología.

Gos blau (Freneria, 8-10) es el edén de los trastos curiosos, una mina para encontrar regalos singulares por un módico precio, y asegurarte así no repetir obsequio con nadie. Escobas y recogedores pop, termómetros ambientales con la efigie del Papa Ratzinger, broches zoomorfos de hojalata del mismísimo Japón, postales yeyés, animales saltarines a cuerda... Y no sigo enumerando todo lo que me cautivó, porque me pueden dar las tantas.

La tienda es impactante hasta en su decoración, con unos muebles tintados en fucsia que se cuelgan y descuelgan de unas paredes en un tono verde lima. Indescriptible, todo lo que diga se quedará corto, así que hay que ir y admirarlo.

Pero lo que más me enloquece es el sentido del humor que impregna todo, desde la ornamentación hasta los productos. ¿Cómo no reírse a carcajadas con unos kits de imanes para hacerse la vasectomía, un lifting o para crecer siendo gay? O esas cajas de chicles que simulan un ataúd o las otras con mensaje feminista “Boys are stupid. Throw rocks at them!”. Me chifla. Tan insólita y fascinante como un gos blau.