Barcelona es una ciudad que siempre (lo busque o no lo busque) consigue sorprenderme. A diferencia de lo previsibles que somos los humanos en nuestro entorno más próximo y lo poco que nos sorprendemos los unos a los otros con el paso de los años, todos conseguimos maravillarnos con espacios de nuestra ciudad que, si bien han sido creados por otro ser humano coetáneo (que es el que posee la capacidad de sorpresa), nosotros hablamos del lugar y de la ciudad casi más que del creador y atribuimos la razón de ser de la sorpresa a lo rápido que se mueven las cosas en nuestro momento. Pero no son las cosas las que se mueven, somos nosotros mismos y nuestras ideas.
Este pensamiento me envuelve al tropezarme con The air shop productos que sólo tienen en común el hecho de que utilicen el aire como recurso estético, productos inflables que despiertan la curiosidad del paseante barcelonés.The air shop (en su web he observado botellas enormes de Malibú, de agua Aquarel, una reproducción de una Honda NSR de competición, un muñeco de nieve de 20 metros de alto con la insignia de JB, una bolsa enorme de patatas Ruffles, un Danone gigante...).
Quizás nunca necesitemos un objeto tan grande para ningún gran evento pero podemos llevarnos a casa algunos de los objetos de The air shop, objetos cotidianos y sumamente originales.
Unas reflexiones: ¿Os imagináis una figura enorme que reproduzca a los novios el día de su boda? ¿Y una tarta de cumpleaños gigante? Es el marco donde se exponen y comercializan productos de la marca Pai Thio, empresa dedicada a la fabricación de artículos inflables para eventos o ocasiones especiales, un espacio donde los productos inflables más diversos se dan cita. Vestidos, sillones, cojines, miniesculturas, cuadros, jarrones, lámparas, bolsas “botellero”, decoraciones florales, relojes de pared...
En DolceCity Barcelona: The air shop