
Lo admito, me gusta la moda y compro en Bershka. En esta tienda aprendí lo que era la supervivencia, forjé mi carácter y me hice adulta tratando de arrancar de las manos de una desconocida el último pantalón talla 38 que tanto me gustaba y que, una temporada después, había desahuciado al fondo de mi armario.
Bershka, paradigma del
prontomoda del grupo Inditex, es
un paraíso de diseño y moda joven al mejor precio, aunque la calidad no sea la prioridad de la niña bonita del gigante gallego. En BSK encontramos variedad de
total looks, que provoca la proliferación de clones en las calles de las ciudad. El error reside en querer vestir todas las tendencias a la vez en lugar de jugar con las combinaciones de prendas y estilos que nos ofrecen otras tiendas.

Para mí, el gran valor de Bershka está en los básicos y en los estampados de las camisetas de algodón, que nos pueden dar mucho juego con otras prendas que configuran un fondo de armario bien provisto de pantalones y zapatos. Otro gran error es permanecer en la tienda el suficiente tiempo como para volverte loca debido al ritmo frenético de la música. Por lo demás, es admirable la capacidad
de reposición de una tienda que cada semana rediseña un local de 500 metros cuadrados, frustrando las aspiraciones de una compradora que se contuvo ante un precioso vestido del que, una semana después, no queda ni rastro.
En DolceCity Barcelona: Bershka