El verano, dícese de la época transitoria entre dos años escolares durante la cual gozamos de altas temperaturas, días con más horas de luz y calurosas noches insomnes, donde el zumbido de un mosquito libra una dura batalla con nuestro
flish-flish (comúnmente denominado matamosquitos).

Esta época se me antoja como la más propicia para dar largos paseos por
La Maquinista. Por convicción suelo huir de las aglomeraciones, por lo que ésta se presenta como una opción idónea para estimulantes compras improvisadas. Pero analicemos los pros y los contras: es verano, hace calor, vistes ropa ligera y estás en un centro comercial y ¡no te congelas de frío por culpa del aire acondicionado! El rollito de ser el “Único Centro Comercial de Barcelona al aire libre” les ha servido de gancho publicitario hasta ahora pero, después del verano, llega el otoño y seguidamente el invierno y ¡sorpresa, llueve y hace frío!
Variedad en tiendas de moda, además de “los intocables de Amancio Ortega”, destacan varios distinguidos multimarca como
Gables,
E4G (hijo pródigo de la familia
Gonzalo Comella, que apuesta por
Miss Sixty y
Custo),
+D Conti y una renovada
Furest, con un look pijo-fashion, que esconde en su interior una pequeña remesa de vaqueros Diesel muy interesantes.

Más cosas a su favor: amplia oferta en restaurantes, cine multisalas (aunque no se atreven con el cine alternativo) y un aparcamiento enorme
gratuito. Por contra, la considerable caminata desde el metro y la multitud incontrolada de escasos modales que la invaden el fin de semana. Aún así, prefiero Mi Maquinista a los pisotones y empujones del Portal de l’Àngel en hora punta.
En DolceCity Barcelona: La Maquinista